Y Una vez más comienza una nueva historia... tras tres golpes de una pandereta... El sol no nos permitía ver más allá de una esquina, pero, si nos permitía sentír el aire que despeinaba y la algarabía que quizá como muchos fines de semana se vive en el corazón de esta nuestra Ciudad de México.

Ya con este tres atardeceres compartidos a la voz de una leyenda, y no por ser la tercera fue la vencida, por que esperamos cruzar y recorrer otra y otra historia más. De esas historias que se cuentan y que no hacen esperar a un suspiro que vuela para adentrarnos en la imaginación de hace por lo menos casi dos siglos. Esta vez aquí inició la historia ... En la casa de los azulejos, en ese callejon sombrío que nos cubrió un poco de los rayos del astro mayor que esta tarde sabatina hizo de las suyas. A callejonear Tuna... sin mucho pensarlo comenzamos a tocar, cantar y bailar, recorriendo esquina a esquina una de las avenidas principales del centro de la ciudad: La Avenida Madero.

El narrador mantenía cautivas a las personas que nos acompañaron en la aventura; mientras que nosotras entre tanta alegría decíamos dos que tres chistoretes y vislumbrabamos más tunos durante el recorrido que culminara en el Templo de la Purísima, paradógicamente con la historia de La Güera Rodríguez, que de pura tenía lo que La Jota de la Dolores de desconocida. Terminamos con una gran fiesta La Tuna Femenil de la ESIQIE, La Estudiantina de Química, La de Psicología y la de Economía se unieron al unísono para cantar una Serenata Huasteca, La Copla de la Morena y culminar con las Cintas de mi Capa... La gente no quería irse; bailes de capa y pandereta fueron un espectáculo que permitió caer a la noche con tranquilidad mientras las calles de nuestra ciudad continuaron su rumbo habitual.

Nos espera una nueva aventura el próximo fin de semana del mes de mayo...

Acompáñanos a escuchar como esta hermosa capital hace sonar los ecos de los recuerdos de su vida colonial. ¡Hasta la próxima!