UNA AVENTURA DOMINGUERA

Oh Dios, de nuevo el encontrarme frente a una hoja en blanco después de ya hace algunos ayeres y el reto de poder llenar con palabras el ansia del lector de mantener por un momento su atención en este espacio dedicado a lo que mas quiero.

Y la pregunta inicial es ¿Cómo poder hacer que tú como lector, no despegues la mirada por un momento de este texto? Pues bien, lo intentare en esta ocasión con mi última aventura tunantesca.

Once de la mañana de un domingo cualquiera, eso parece ser al momento de abrir los ojos con los primeros rayos del sol, que persistentes se aferran en entrar por la ventana después de la juerga maratónica de la noche pasada.

Por instinto mi mano busca de inmediato el celular que sorprendentemente marca un mensaje enviado un día anterior “Mañana hay evento decisión de aventura de último momento, nos vemos a las tres… ¿Aventura? Resuena la palabra en mi mente y no puedo negarme a tan atractiva invitación. No tardo en cavilar la forma en que podré llegar al destino de encuentro, mi mente se acelera, pero, no tardé en descubrir que no contaba con el atuendo necesario para presentarme ante mis ilustradas amigas en el menester de la tunería; no puedo faltar, pero, tampoco puedo regresar a casa, se encuentra muy lejos de mi destino.

Sin pensarlo, tuve que valerme de lo que tan conspicuos personajes me han enseñado y usar los recursos a la mano así como solicitar ayuda de los más cercanos en ese momento. De inmediato me pongo en marcha, por el centro histérico de esta saturada cuidad, con el sol sobre mi cabeza me dispongo a encontrarme con otra pardilla, una amiga, quien con sus aires bondadosos me brinda ayuda para enfrentar este próximo encuentro del cual no poseo mucha información aún, pero, no dudo que valdrá la pena.

No se hace esperar la ayuda de las demás integrantes, de esta tuna, que ya es ahora mi segunda familia. Sin embargo, esto sólo es el comienzo ya que son las tres y diez, hora de la cita hacia nuestra próxima presentación. El punto de encuentro: un viejo puente peatonal, que se tambalea con el vaivén de las personas que lo cruzan, debajo de este, ya se encuentran listos e impacientes la Tuna Novata de la ESIA del IPN quienes portando su traje y con sus instrumentos, sobresalen de la multitud de gente que pasa por allí.

No pasa mucho tiempo para que las integrantes de mi Tuna realicen su acto de presencia, con ese porte que las caracteriza y diferencia de las demás, hacen que el orgullo que siento por mi escuela y mi Tuna se acrecenté cada día mas. Y a pesar que mi estomago esta vació, me siento llena al poder compartir con gente de tanta calidad humana. De esta forma y ya completas, nos dirigimos hacia nuestra más reciente aventura dominical.

¿Pero? Un momento. ¿Que es de un viaje de aventura sin una buena pardillada? En mi opinión no estaría completo, afortunadamente mis tunas que siempre tienen tiempo para idear este tipo de pruebas no lo pierden y rápidamente nos ponen en acción: piden un cepillo, unas ligas y añaden algunos cosméticos para poder echar a andar su imaginación.


Poco tiempo después, me sorprendo con un nuevo rostro al igual que los de mis acompañantes y compañeras, y no puedo evitar soltar una carcajada de mi nueva apariencia, empiezo a sentir un gozo y las fotos no se hacen esperar, y en medio de desconocidos las luces comienzan a dirigirse hacia nosotros como imanes, ahora se que nos llevamos la tarde con nuestros deseos de pasarla bien. No se hacen esperar más pruebas y de las cuales puedo decir que en su mayoría he salido airosa, claro ha aprendido de las mejores no lo puedo negar.

Sin embargo, ya se hace tarde y quisiera que el día no se terminara, pero el sol quien fue testigo es esta ocasión de toda esta aventura ahora se retira para dar paso a la luna, quien es usualmente la que nos acompaña en las ya variadas noches de ronda. Me dispongo a partir hacia el hogar, pero con la satisfacción y el placer de haber encontrado en mi paso por la vida a quienes ya considero mas que amigas y mentoras, la Jefa, Fabis, Bubu, Snarf, Martina, Itzel, Bodoque, y las pulguitas, a quienes aprovecho para agradecerles todo su apoyo dentro de este menester que es la tunería y representando con orgullo a la H. Tuna Femenil de la Escuela Superior de Ingenierías Químicas e Industrias Extractivas del Instituto Politécnico Nacional.

Me despido y espero que pronto nos encontremos en las andanzas de la tuna, mi nombre es TEXO orgullosa y salerosa pardilla de ésta mi Tuna querida.

Hasta la próxima.